Sicko es el título en inglés de un filme (29 de junio de 2007) de Michael Moore cineasta, documentalista y escritor estadounidense, quien, a partir de su blog oficial, solicitó a la gente le enviaran sus historias de "terror" sobre los servicios de salud privados que habían vivido personalmente debido a la deficiencia de la calidad en la atención y administración del sistema sanitario estadounidense.
La película ofrece su particular enfoque del sistema de salud de Estados Unidos de Norteamérica, poniendo énfasis en la crítica a las grandes compañías de servicios de salud estadounidenses, es decir los seguros. Con el objetivo, fundamentalmente, de reflexionar sobre la naturaleza del sistema y exhorta al pueblo estadounidense a demandar cambios políticos que lleven al sistema a acercarse a la sanidad universal gratuita que gozan otros países mostrados en la cinta como Francia, Reino unido, Canadá y Cuba.
Resulta preocupante que uno de los países más ricos posea un sistema sanitario con tantas deficiencias, donde el acceso a los servicios de salud es limitado y los seguros médicos sólo se otorgan a aquellos quienes tienen menos posibilidades de enfermar pero que al final terminan quebrados, en la ruina, ya que de hacerlo estas le producirían grandes gastos a la compañía, lo que deja entre dicho el sistema lucrativo de la salud. Seguros que son negados a personas con enfermedades previas, persistentes y crónico-degenerativas, y otorgados a personas sanas, parece un mal chiste, "una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico del mundo" como lo declaró Moore.
Cuando vemos sistemas de salud de países como Cuba, nos damos cuenta que la riqueza no es indicativo de salud y mucho menos de calidad, la calidad no depende únicamente de los grandes recursos materiales, sino también de los recursos humanos, personas que están dispuestas a satisfacer tus necesidades como paciente, sin importar la remuneración económica.
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